José Antonio Kast llega como favorito en las encuestas a una segunda vuelta presidencial con participación obligatoria en
Chile frente a
Jeannette Jara, tras una campaña centrada en la delincuencia y la migración irregular. Kast ha prometido un "gobierno de emergencia" con expulsiones masivas de venezolanos, un muro en el desierto con Bolivia y un endurecimiento de las restricciones al aborto, mientras una polémica por mensajes de texto masivos vinculados a
Lipigas ha profundizado la polarización. Críticos como Óscar Cantardo y
Valeria Zuñiga advierten que su programa puede reabrir heridas de la época de Pinochet, aunque analistas recuerdan que el
Partido Republicano no tiene mayoría en el Congreso y que los contrapesos institucionales, la participación ciudadana y las llamadas a defender la democracia impulsadas por figuras como
Gabriel Boric probablemente limitarán cualquier giro radical.