María Corina Machado logró escapar en secreto de
Venezuela por vía marítima en una misión de alto riesgo denominada
Operation Golden Dynamite, dirigida por
Bryan Stern y su equipo de
Grey Bull Rescue, para llegar a Oslo y recibir el
Premio Nobel de la Paz mientras eludía a los servicios de inteligencia venezolanos, cubanos y rusos que la consideraban una fugitiva del régimen de
Nicolás Maduro. La extracción clandestina incluyó disfraces, operaciones de engaño en tierra y en el mar, una travesía de dieciséis horas por el Caribe en aguas agitadas y oscuridad total, una avería de la embarcación con pérdida de señal de GPS, tensos pasos por puestos militares y un dramático encuentro en alta mar donde Stern exclamó “Jackpot, jackpot, jackpot” después de trasladar a quien calificó como “la persona más buscada del hemisferio occidental” a una nave mayor, bajo la amenaza constante de una posible persecución que incluyó el sobrevuelo de cazas F‑18. Ya a salvo en Noruega y reunida con su hija
Ana Corina Sosa, Machado aprovechó su nueva plataforma global durante la ceremonia del Nobel para denunciar la represión de Maduro y de las autoridades iraníes, exigir la libertad de la laureada encarcelada
Narges Mohammadi y criticar los duros operativos policiales contra migrantes venezolanos en Perú que su partido
Vente Venezuela calificó de discriminatorios y jurídicamente injustificados, mientras que Stern describió después la extracción como la misión más complicada en la amplia trayectoria de operaciones de
Grey Bull Rescue en zonas de conflicto como Gaza, Ucrania, Sudán y Haití.