Janucá está adquiriendo un peso emocional mucho más profundo mientras las comunidades judías enlazan la masacre terrorista de
Bondi Beach y los relatos de rehenes como
Hersh Goldberg-Polin encendiendo en secreto una janukiá improvisada en un túnel de Hamás en una única narrativa global de duelo y resiliencia. Desde Sídney hasta Berlín, Nueva York, Londres, Varsovia, Estocolmo, Roma y los campus universitarios de Estados Unidos, los encendidos de velas privados y públicos continúan bajo fuertes medidas de seguridad, y figuras como
Rachel Goldberg-Polin,
Riccardo Di Segni,
Daniel Janouch,
Joe Gruters,
Eric Adams,
Laurent Nunez y altos mandos policiales insisten en que los judíos deben poder celebrar con seguridad. Las autoridades y organizaciones comunitarias, entre ellas
Chabad de Bondi, las redes de
Chabad en Europa, la
policía de Berlín, el Ayuntamiento de Nueva York, la Jefatura Nacional de la Policía polaca, la
Metropolitan Police de Londres y los servicios interiores franceses, presentan las luces de la festividad como símbolos de esperanza y vitalidad judía frente a la oscuridad, al tiempo que condenan lo que las autoridades australianas describen como un ataque antisemita dirigido y advierten de un clima más amplio de creciente antisemitismo e inseguridad en todo el mundo.