Kjeld, un donante de esperma danés, proporcionó sin saberlo esperma con una mutación genética TP53, lo que provocó que aproximadamente 200 niños en 14 países desarrollaran el síndrome de Li-Fraumeni.El European Sperm Bank utilizó el esperma de Kjeld durante 17 años, resultando en al menos 23 portadores confirmados de la mutación, diez de los cuales han sido diagnosticados con cáncer, algunos fatalmente.Esta brecha ética subraya importantes fallas regulatorias en los servicios de fertilidad, que la próxima regulación de la
UE sobre Sustancias de Origen Humano (SoHO) busca abordar.