La Guardia Costera de EE. UU., con el apoyo de las fuerzas de la Marina de EE. UU., incautó el petrolero Skipper frente a la costa caribeña de Venezuela, una operación que Donald Trump confirmó como la mayor incautación de un petrolero jamás realizada.Esta acción se dirigió a una "flota en la sombra" que permitía a Venezuela e Irán eludir las sanciones, con Pam Bondi y Kash Patel afirmando que la embarcación transportaba petróleo que beneficiaba a grupos como el IRGC y Hezbolá.Venezuela condenó la incautación como "piratería internacional" y un "robo descarado", con
Nicolás Maduro exigiendo el fin de las intervenciones estadounidenses y expertos como
Jorge Leon señalando una escalada significativa de las tensiones.