El gobierno de Luis Montenegro enfrentó la primera huelga general en Portugal en más de una década, con trabajadores protestando contra las reformas laborales propuestas que incluyen despidos más fáciles y derechos de huelga restringidos.El paro, liderado por los sindicatos
UGT y
CGTP y respaldado por el 61% del público, causó interrupciones generalizadas en el transporte, la atención médica y las escuelas, mientras el gobierno sostuvo que las reformas son cruciales para el crecimiento económico.