Africa Corps, la nueva unidad militar rusa que sustituyó al grupo Wagner en Malí, está acusada por refugiados y personal sanitario de múltiples violaciones y otras brutales agresiones sexuales, incluido el violento ataque contra una niña de 14 años que llegó en estado crítico a una clínica improvisada de MSF en Mauritania.Mirjam Molenaar y Bethsabee Djoman Elidje, de Médicos Sin Fronteras, explican que el estigma, el miedo a represalias, las barreras lingüísticas y un asentamiento fronterizo informal saturado hacen que la mayoría de las supervivientes de comunidades malienses conservadoras no busquen atención médica a tiempo ni denuncien los abusos atribuidos tanto a combatientes de Africa Corps como a milicianos de JNIM vinculados a Al Qaeda.Las entrevistas de la
AP con refugiados, junto con hallazgos previos de la
ONU sobre atrocidades en lugares como Moura, apuntan a un patrón mucho más amplio de violencia sexual relacionada con el conflicto por parte de combatientes rusos "blancos" y otros grupos armados en todo
Malí, mientras el Ministerio de Defensa ruso guarda silencio y medios progubernamentales afines al Kremlin descalifican las acusaciones como noticias falsas, lo que hace casi imposible cualquier rendición de cuentas.