Donald Trump ha repudiado el orden internacional liberal creado tras la Segunda Guerra Mundial y ha adoptado una estrategia abiertamente transaccional que prioriza intereses nacionales sobre las instituciones transatlánticas.Voces como
Carl Bildt advierten que esta deriva puede dejar a Europa expuesta a
Vladimir Putin y a China y piden coaliciones plurilaterales en comercio, salud global, transición energética, clima e
IA para defender valores compartidos.